viernes, 26 de diciembre de 2014

Una reacción inesperada

Una amiga me confesó que ella no creía en pitonisas ( yo, tampoco ), pero algunas veces aciertan. Le habían advertido que le sucedería algo muy decepcionante en el entrañable escenario familiar, pues la alegría esperada por el regreso de un hijo con su esposa, procedentes de tierras teutonas, no iba hacerse realidad pues regresar, regresó pero venía de un humor de perros y en lugar de besos,los familiares recibieron los más crueles reproches. Y todo porque en un mes y pico que faltó, nadie le sacó a pasear su coche y había creado moho. Tenía razón la pitonisa, y en lugar de gozo hubo lágrimas amargas, sobre todo por parte de los padres, ya de avanzada edad. Hijos criados, trabajos doblados. OTILIA SEIJAS

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