lunes, 10 de noviembre de 2014

Batalla campal

Parecía que aquellos tiempos de economía bastante saneada no se podían repetir por su bonanza en todos los aspectos. Y así fue. Cambiaron las costumbres y cambiaron las gentes, tanto en el mundo rural como en el urbano. Existían muchas escuelas de aldea , en las que se congregaban desde niños pequeños hasta adolescentes que te aventajaban en estatura y se acercaban a tí con desparpajo, pero en momentos apurados ayudaban a solventar las dificultades. En un día lluvioso, llegaron una niñas, ya desarrolladas, y su madre con ganas de buscar lío y desorden porque la mujer quería que sus hijas quedaran en mi escuela pero yo me negaba pues no pertenecían allí, y además mi espacio docente estaba hasta la bandera. Ni había sitio para sentarme yo. Cuando vio que no me convencía,la salvaje me empezó a tirar piedras con gran puntería. Al ver esto, mis alumnos, salieron del centro escolar y comenzaron a lanzar guijarros con mayor destreza todavía, y terminaron espantándola a ella y a su prole. otiliaseijas@gmail.com

No hay comentarios: