viernes, 19 de julio de 2013

La antena

Hay un rododendro cerca de mi espacio verde que conoció tiempos gloriosos luciendo una exhuberante floración y hojas suaves como terciopelo, pero a raíz de la oleada de calor del mes de Julio fue volviéndose mustio y perdiendo esplendor, lenta pero inexorablemente.
En él se acurrucaban muchos pájaros pues se sentían protegidos por aquella planta espesa y recóndita mas al ver que perdía frondosidad se fueron marchando a lugares más seguros. Solo un pájaro Hembra con tres pajarillo  se fijó en la antena instalada en la pared vecina que poseía una especie de cestillos muy acogedores, uno más grande y dos más pequeños. Y empezó a distribuír los espacios: en el cestillo grande se colocó ella y el más chiquitín, y en cada uno de los otros dos acurrucó los mayorcitos que ya empezaban a revolotear. Es una gozada ver aquella antena llena de vida.
                                                                                                                    otiliaseijas@gmail.com



1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Otilia,
Yo también veo un nido de pájaros desde mi ventana. Es maravilloso poder contemplar la naturaleza en estado puro en medio de la ciudad, además de enternecedor, es una delicia y un privilegio. De los animales se aprenden muchas cosas, cosas básicas, sencillas y primitivas que hoy en día muchos seres humanos parecen haber olvidado.